Una de las dudas más habituales que surgen cuando hablamos de aceites es si podemos aplicarlos directamente sobre todos los tipos de piel, ya que existe la creencia de que las pieles grasas no deberían usarlos porque podría hacer que se ensucien más o que aparezcan granitos.
Esto demuestra que hay muchos falsos mitos sobre los aceites y que se instauran ciertos movimientos de marketing como el “oil free” para vender sin contar todo lo que hay detrás de estos ingredientes tan versátiles.
Pero, ¿qué son realmente los aceites?
En este artículo...
- Ventajas del uso de aceites en cosmética natural
- ¿Cómo elegir aceites para piel grasa?
- Receta - Cómo hacer Sérum casero de noche para Piel Grasa
Los aceites son un grupo de sustancias de naturaleza grasa e insolubles en agua. Es decir, no se mezclan de forma natural con el agua, pero sí podríamos mezclar distintos tipos de grasas o aceites entre sí. Los aceites están constituidos en un gran porcentaje por ácidos grasos, pero no todos los aceites contienen los mismos ácidos, confiriéndoles distintas propiedades y características.
En general los aceites son muy compatibles con nuestra piel, ya que en ella también encontramos grasas (el famoso sebo), que son una parte fundamental de su estructura y ayudan de forma natural a evitar su deshidratación.
Pese a compartir características comunes, si nos fijamos en las distintas características y propiedades que tienen podemos afirmar que no todos los aceites son apropiados para todos los tipos de piel. Por ejemplo, no es recomendable usar aceite de coco sobre una piel grasa pero sí lo es aplicar aceite de pepita de uva.
A continuación, veremos porqué es importante seleccionar cuidadosamente los aceites en base a las necesidades de nuestra piel o, de lo contrario, podemos hacer un uso incorrecto y provocar el efecto contrario al que buscamos.
Ventajas del uso de aceites en cosmética natural
Algunas de las ventajas de incluir los aceites en nuestras rutinas de cuidado:
- Son fáciles de encontrar y podemos saber fácilmente en su etiquetado si son de buena calidad o no. Simplemente debemos fijarnos en que los aceites que usemos sean 100% puros, de primera presión en frío y si son ecológicos, mejor. De esta forma, mantendrán todos sus componentes y propiedades inalterados.
- Existe una gran variedad de aceites, si indagamos un poco en su composición y propiedades podemos seleccionar los que más apropiados sean para nuestra piel. Tenemos muchos donde elegir.
- Son fáciles de usar ya que se pueden aplicar directamente sobre la piel, sin necesidad de elaborar un producto muy complejo. Con dos aceites podemos tener un buen serum de noche para introducir en nuestra rutina de forma fácil.
- Es fácil encontrar información sobre ellos, bien acudiendo a páginas científicas o bien leyendo la información técnica que está disponible en tiendas especializadas como Jabonarium.
Teniendo en cuenta estas ventajas, sería un error no incorporar los aceites en nuestras rutinas y productos hechos en casa. Pero si tu piel es grasa o tienes acné, quizás tengas más dudas o no sepas por dónde empezar. Eso me lleva de vuelta a la pregunta que lanzaba al comienzo:
¿Pueden las pieles grasas hacer uso de los aceites aplicados directamente en la piel?
La respuesta es contundente, sí, en muchos aceites encontramos propiedades idóneas para pieles grasas y pueden ser nuestros aliados para mantener estas pieles sanas y libres de granos o impurezas.
¿Cómo elegir aceites para piel grasa?
La principal característica cosmética de los aceites es su emoliencia; esto significa literalmente “que ablandan los tejidos”, es decir, que sirven para suavizar y dar elasticidad a la piel.
Esta emoliencia la comparten todos los aceites: desde el aceite de coco hasta el aceite de cáñamo. Pero ya sabemos que no todos los aceites contienen los mismos compuestos y cada uno tiene propiedades únicas.
Si tu piel es grasa y quieres comenzar a usar aceites te recomiendo que te fijes en dos cuestiones principalmente: la primera tiene que ver con el fenómeno más físico y sensorial de cómo los sentimos sobre la piel (si se absorben rápido y qué sensación dejan en nuestra piel) y la segunda tiene que ver directamente con sus compuestos y propiedades (los aceites antisépticos pueden ayudar, por ejemplo, a controlar las poblaciones de microorganismos que provocan la aparición de granos).
Elige aceites que penetren rápido y no dejen sensación grasa
Hay aceites que tardan poco tiempo en penetrar y otros, por el contrario, permanecen más tiempo sobre la piel.
Si tienes una piel con tendencia grasa, te recomiendo evitar o usar en pequeño porcentaje los aceites de absorción media o lenta como aquellos ricos en ácido oleico (Oliva, Almendras, Aguacate...) o los ricos en ácidos saturados (Coco, Palma o Manteca de Cacao). Estos aceites o mantecas son también más oclusivos y la sensación que dejan es más grasosa, algo incómodo para una piel que ya de por sí es grasa.
Por tanto, seleccionaremos aquellos que penetran más rápido y no dejan sensación grasa. Como los ricos en ácidos poliinsaturados (Girasol, Cáñamo, Pepita de uva, Sésamo, Sacha Inchi, Lino...) o una cera líquida como la de Jojoba que penetrará a mayor velocidad sin dejar esa sensación incómoda en tu piel.
Elige los aceites según sus propiedades
Si tu piel es grasa, opta por aceites con principios antisépticos o antimicrobianos, te ayudarán a controlar la proliferación de hongos y bacterias que causan el acné y otras alteraciones.
En este grupo podemos incluir el aceite de Neem, que posee compuestos bioactivos como los triterpenoides, que pertenecen a la familia de los limonoides (destacando entre ellos la azadiractina). Es un excelente aliado para combatir las bacterias y los hongos de la piel que provocan enfermedades dermatológicas; aunque no recomiendo usarlo directamente, por su olor y su potencia, sino combinado con otros aceites más neutros como Jojoba o Pepita de uva.
Otros aceites que recomiendo para pieles grasas son el de Cáñamo y el de Comino Negro (Nigella Sativa). El aceite de Cáñamo, con una gran presencia en ácidos poliinsaturados y esenciales, contiene entre un 15-20% de ácido alfa linoleico (Omega 3), aportando propiedades antiinflamatorias que calman cualquier irritación en la piel. Además, contiene Vitamina E, que nos servirá como antioxidante natural para nuestra piel y dará un extra de protección.
Por su parte, el aceite de Comino Negro (también conocido como Neguilla) lo recomiendo, no sólo por su alto contenido en poliinsaturados y su textura de fácil absorción, sino también por la timoquinona y la timohidroquinona, dos compuestos antibacterianos presentes en él, que ayudan a purificar la piel grasa.
Si nos centramos en las propiedades calmantes y antiinflamatorias, encontramos algunos extractos oleosos que suponen una buena opción para pieles grasas, ya que su base es el aceite de Girasol (se absorbe rápido y no es comedogénico).
Si nuestra piel tiende a tener granos o está irritada y queremos calmarla, podemos usar el aceite de Manzanilla, con propiedades antiinflamatorias que se combinan con una excelente capacidad antibacteriana y purificante.
Similar en propiedades, encontramos el aceite de Caléndula, otro gran aliado calmante que ayuda a revitalizar y cicatrizar la piel.
Por último, quiero mencionar el aceite de Aloe Vera, un extracto de esta planta en aceite de girasol ecológico, que contiene vitaminas C, E y B, minerales, aminoácidos y otros compuestos con propiedades antioxidantes y regeneradoras. No puede faltar en nuestra selección y está presente en la fórmula del serum para piel grasa que te comparto a continuación.
Es importante destacar que ninguno de los aceites mencionados tapona los poros, por lo que no aumentará la tendencia a que aparezcan granos o acné. Igual de necesario es recordar que nada de esto son reglas, cada piel es un mundo y cada aceite también. Lo mejor que puedo recomendarte es que te informes y leas antes de aplicar cualquier cosa sobre tu piel, sea un aceite o no.
Si te ha picado la curiosidad y te animas a hacer tu propio serum de aceites, te dejo una fórmula que he incluido en uno de mis cursos online dedicado en especial a los aceites. Espero que lo pruebes y si tienes cualquier duda, la dejes en comentarios.
Cómo hacer Serum casero de noche para Piel Grasa
(Adapta las cantidades según el porcentaje de cada ingrediente)
- 35% de Aceite de Pepita de Uva – Emoliente, da elasticidad y tiene tacto seco.
- 35% de Aceite de Aloe Vera – Regenerador y cicatrizante.
- 27% de Aceite de Jojoba – Emoliente, que repara la función barrera de la piel.
- 1,5% de Aceite de Neem – Antimicrobiano y fungicida.
- 1% de Vitamina E Tocoferol – Antioxidante y preservante de grasas.
- 0,5% de Aceite Esencial de Lavanda – Antibacteriano, tónico y calmante.
Para su elaboración, mezcla todos los componentes homogéneamente y envasa posteriormente.
¿Tienes alguna duda? Déjanosla en los comentarios de este post para poder ayudarte con mucho gusto. ♥
Hacer cosmética natural y casera tiene muchas ventajas: obtener un producto adaptado a ti y a las necesidades de tu piel y cabello, eliminar tóxicos de cosméticos tradicionales e ingredientes innecesarios, conocer cada ingrediente de la fórmula, reducir plásticos y, además, disfrutar de un buen rato potingueando.
Sin embargo, es importante seguir ciertos pasos para que el proceso de elaboración sea seguro y no te cause reacción alérgica o irrite tu piel:
- Desinfecta los utensilios, envase y mesa de trabajo antes de empezar. ¡Se tarda sólo 1 minuto!
- Utiliza guantes, mascarilla y gafas en aquellas elaboraciones que lo requieran.
- Haz una medición de pH de la elaboración final para asegurarte de que está en el rango correcto. Puedes corregirla fácilmente. Sube el pH utilizando un álcali como el bicarbonato. Bájalo con una solución ácida. Por ejemplo unas gotas de ácido láctico o ácido cítrico.
- Hay que probar la elaboración siempre en una zona reducida de la piel para comprobar que no hay ninguna reacción adversa.
- Utiliza los ingredientes en su dosis correcta. La indicamos en todas las páginas de producto. Si tienes dudas sobre alguno, pregúntanos! ♥ No nos hacemos responsables del mal uso de los productos y de la incorrecta dosificación de los mismos en las elaboraciones.
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