Con los ingredientes que usaremos, conseguimos un jabón muy hidratante para pieles muy secas y dañadas.
En cuanto al aroma, le he puesto una mezcla de aceites esenciales y fragancias que dan como resultado una fragancia dulce y muy agradable siendo además muy duradera.
En el apartado de colores he usado el dióxido de titanio blanco para la mayor parte del bloque de jabón y para pintar dibujos en la superficie y una banda más estrecha de mezcla de colorante violeta y colorante rosa fucsia, con los que he obtenido este precioso color violeta intenso.
Jabón de Karité y Macadamia.
Fase Única
- 206 g de Aceite de Coco Refinado
- 241 g de Aceite de Palma Bio
- 164g de Aceite de Oliva
- 61 g de Aceite de Nuez de Macadamia Virgen
- 97 g de Manteca de Karité pura, cruda y Bio
- 36 g de Aceite de Avellana
- 110 g de Sosa cáustica para jabón de aceite
- 284 g de Agua Destilada
- 16g de Azúcar
Para crear más espuma
- 10 g de Aceite Esencial de Lavanda
- 10 g de Aceite Esencial de Ylang ylang
- 10 g de Fragancia de Azahar
- 2 g de Aceite Esencial de Vetivert
- 8 g de Fragancia Touch of Roses
- Dióxido de Titanio
Al gusto
- Pigmento violeta CI 60730
Al gusto
- Mica Rosa Fucsia
Al gusto
Baremos: Iodo 52 INS 159 Dur 52 Bur 50 Persist 49 Limp 54 Acond 51
Para jabón al 8% S.E 28% conc.
Información sobre algunos aceites:
- Aceite de Macadamia, muy recomendado para pieles secas, ásperas y sensibles. Es un excelente ingrediente en cosméticos para pieles maduras por su alto poder hidratante, nutritivo y antiarrugas y por ser un tonificador de la piel.
- Aceite de Avellanas, rico en vitaminas A y E, calcio y magnesio . Muy indicado para pieles dañadas, con cicatrices, piel seca de los pies, etc.
- Manteca de Karité sin refinar Bio. Esta manteca, muy rica en vitaminas A, D, E y F, ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales por las tribus africanas para curar heridas. Es muy hidratante para pieles secas y dañadas. Además no es comedogénica, no produce granos ni obstruye los poros.
¿Y cómo lo he hecho?
Pues es bastante fácil de realizar:
- Hacemos el jabón con los aceites, la sosa y el agua.
- El azúcar se echa al principio en el agua ya que si la ponemos después, se caramelizará con las altas temperaturas de la sosa y nos hará terrones de azúcar difíciles de disolver. La adicción de azúcar es para que tengamos más espuma.
- Mezclamos la solución de lejía con los aceites, batimos y dejamos la traza líquida ya que la mezcla de fragancias y esencias nos va a espesar bastante el jabón.
- A continuación separamos en tres partes: una se colorea de blanco, se le echa la parte correspondiente de la mezcla de aromas y se vuelca en el molde. De esta parte separamos un poco en un biberón, pero sin aromatizar.
- La otra capa menos gruesa, la coloreamos de violeta con unas gotas de fucsia y le ponemos su parte correspondiente de aromas.
- Volcamos rápidamente y muy rápidamente también ponemos gotas grandes del jabón blanco que está en el biberón. Con un palito se hacen remolinos que nos darán esas formas tan graciosas.
- Ahora sólo tenemos que dejarlos curar 1 mes y estarán listos para envolver, regalar, usar, guardar entre sábanas, ponerlos de decoración en el baño…
¡Hay que ver cuántos usos se le pueden dar a una pastilla de jabón!